Los oasis son verdaderas joyas en medio del desierto, lugares de ensueño que ofrecen una pausa en el implacable calor y la aridez del desierto. Uno de los oasis más hermosos y mágicos del mundo es el Oasis de Siwa, ubicado en Egipto, en la frontera con Libia.
Este oasis, también conocido como la “Isla de la Bendición”, es uno de los oasis más grandes y mejor conservados de Egipto. Se encuentra en el corazón del Gran Mar de Arena, en el desierto occidental del país. Su belleza y su importancia histórica lo han convertido en un destino turístico cada vez más popular en los últimos años.
La historia de Siwa se remonta a más de 10.000 años atrás, cuando los antiguos egipcios descubrieron este lugar y lo convirtieron en un importante centro de comercio. Desde entonces, ha sido un lugar de paso para caravanas que se dirigían a través del desierto, y también ha sido un lugar sagrado para las tribus bereberes que lo han habitado durante siglos.
Pero sin duda, uno de los hechos más destacados en la historia de Siwa fue su encuentro con el famoso conquistador Alejandro Magno en el año 331 a.C. Después de un largo y agotador viaje a través del desierto, Alejandro y su ejército llegaron al oasis en busca de descanso y agua. Fue aquí donde el oráculo de Amón le proclamó como el hijo de Zeus y lo confirmó como el gobernante de Egipto.
En la actualidad, el Oasis de Siwa sigue siendo un lugar sagrado y místico para los egipcios, y es considerado como uno de los lugares más bellos del país. Su aislamiento del mundo moderno lo ha mantenido en un estado casi intacto, y sus calles estrechas, casas de barro y su fortaleza de estilo bereber hacen que uno se sienta como si hubiera viajado en el tiempo.
Una de las principales atracciones de Siwa es su famoso manantial de agua dulce, conocido como “Cleopatra’s Bath”. Según la leyenda, la reina Cleopatra se bañó en estas aguas durante su visita al oasis, y muchos creen que tiene propiedades curativas y rejuvenecedoras.
Otra parada obligatoria en Siwa es el templo de Amón, construido en honor al dios egipcio de la fertilidad y la vida. Este templo, ubicado en una colina con vistas al oasis, es uno de los pocos que aún se conservan de la época de los faraones.
Pero más allá de sus atracciones turísticas, lo que hace que el Oasis de Siwa sea realmente especial es su gente y su cultura. Los habitantes de Siwa son en su mayoría descendientes de los bereberes y todavía conservan sus tradiciones y costumbres ancestrales. La cocina local, la artesanía y la música son algunas de las expresiones más auténticas de esta cultura, y es una experiencia única poder sumergirse en ellas.
En resumen, el Oasis de Siwa es un lugar fascinante que no se puede dejar de visitar en un viaje a Egipto. Su belleza natural, su historia y su cultura lo convierten en un destino único y mágico, que deja una huella imborrable en todo aquel que lo visita.