Los Colosos de Memnón, ubicados en la ciudad de Luxor en Egipto, son una impresionante atracción turística que ha fascinado a visitantes de todo el mundo durante siglos. Estas gigantescas estatuas de piedra, que representan al faraón Amenhotep III, son consideradas como una de las maravillas del Antiguo Egipto y son un testimonio de la grandiosidad y poderío de esta civilización.
La historia de los Colosos de Memnón se remonta al año 1350 a.C, durante el reinado de Amenhotep III, uno de los faraones más importantes de la dinastía XVIII. Estas estatuas fueron construidas en la orilla occidental del río Nilo, en la entrada del templo funerario del faraón, conocido como “La Casa de Millones de Años”. Originalmente, se creía que estas estatuas representaban a Amón, dios supremo de los egipcios, pero más tarde se descubrió que eran una representación del faraón Amenhotep III en su forma divina.
Los Colosos de Memnón fueron esculpidos en piedra caliza y se elevan a una altura de 18 metros. Cada estatua pesa alrededor de 720 toneladas y están situadas en una plataforma de 15 metros de altura, lo que les da una apariencia aún más imponente. Además, las estatuas están orientadas hacia el este, mirando hacia el río Nilo y el sol naciente, lo que las hace aún más impresionantes.
Pero lo que hace que estas estatuas sean aún más famosas es su misterioso canto. Durante siglos, los visitantes han informado de un sonido misterioso y melódico que emana de los Colosos de Memnón al amanecer. Este fenómeno fue documentado por primera vez por los griegos en el siglo I a.C, quienes creían que el sonido provenía de la estatua del dios Memnón, hijo de la diosa Eos. Se decía que este canto era una señal de que Memnón saludaba al dios sol Ra y anunciaba el comienzo de un nuevo día.
A lo largo de los siglos, muchos intentaron explicar el origen de este canto. Algunos creían que era causado por cambios en la temperatura y la humedad durante el amanecer, mientras que otros pensaban que era un fenómeno sobrenatural. Sin embargo, en 199 AD, un terremoto dañó una de las estatuas y el canto cesó, lo que llevó a la conclusión de que el sonido era producido por las vibraciones del aire a través de las grietas en la estatua.
Hoy en día, los Colosos de Memnón siguen siendo una atracción turística popular en Luxor y miles de personas vienen a ver estas impresionantes estatuas cada año. Además de su tamaño y belleza, las estatuas también son un importante testimonio de la arquitectura y la ingeniería del Antiguo Egipto, que sigue fascinando a la humanidad hasta el día de hoy.
En resumen, los Colosos de Memnón en Luxor son una muestra de la grandeza y el misterio del Antiguo Egipto. Con su imponente tamaño, su misterioso canto y su importancia histórica, estas estatuas continúan maravillando a todos aquellos que las visitan, y sin duda seguirán haciéndolo durante muchos años más.