El Medina de Nabeul, también conocido como la ciudad vieja de Nabeul, es un lugar lleno de historia y tradición en Túnez. Esta ciudad costera, ubicada a tan solo 60 kilómetros de la capital, es famosa por su producción de cerámica y por su hermosa playa.
El origen de Nabeul se remonta al siglo V a.C., cuando fue fundada por los fenicios. Posteriormente, fue conquistada por los romanos y luego por los árabes, quienes le dieron su nombre actual. Durante la época medieval, la ciudad se convirtió en un importante centro comercial gracias a su puerto, desde donde se exportaban productos como aceite de oliva y cerámica.
Sin embargo, fue en el siglo XVI cuando Nabeul alcanzó su máximo esplendor, gracias a la llegada de artesanos de la isla de Djerba, quienes trajeron consigo la técnica de la cerámica vidriada. Esta técnica, que aún se conserva en la ciudad, consiste en cubrir las piezas de cerámica con un esmalte de colores brillantes y luego hornearlas para fijar el color. Hoy en día, la cerámica de Nabeul es famosa en todo el mundo y se puede encontrar en numerosos mercados y tiendas de la ciudad.
El Medina de Nabeul es un laberinto de calles estrechas y plazas llenas de vida, donde se pueden encontrar todo tipo de productos artesanales, desde cerámica hasta tejidos y especias. Las casas blancas con puertas y ventanas azules son una característica distintiva de este lugar, que aún conserva su encanto y autenticidad.
Entre los lugares más destacados del Medina se encuentra la Gran Mezquita, construida en el siglo XVIII y considerada una de las más antiguas de Túnez. También se puede visitar el Museo de la Cerámica, que alberga una impresionante colección de piezas antiguas y contemporáneas. Además, no se puede dejar de probar los deliciosos platos típicos de la región, como el cuscús y el tajine, en alguno de los restaurantes tradicionales del Medina.
Otra de las atracciones más populares de Nabeul es su playa, que se extiende por varios kilómetros y es conocida por su fina arena blanca y aguas cristalinas. Aquí se pueden practicar todo tipo de deportes acuáticos y relajarse bajo el sol en alguna de las tumbonas disponibles.
En resumen, el Medina de Nabeul es un lugar fascinante que combina historia, tradición y belleza natural. Visitar este encantador rincón de Túnez es una experiencia única que no se puede dejar de lado en un viaje por este país. La mezcla de culturas y la hospitalidad de sus habitantes hacen de Nabeul un destino imperdible para los amantes de la historia y la cultura.